junio 21, 2017

Cotonito marciano

Me subí al ovni y saludé al que parecía el piloto amablemente.
Se me quedó mirando y rápidamente busqué en mi memoria de dónde lo conocía, pero no pude dar con su rostro en mis recuerdos.
Luego me siguió con la mirada mientras buscaba dónde sentarme, y cuando me acomodé noté que aún me seguía mirando. Ahora me preocupaba, parafraseando al poeta Jorge Yáñez "¿no me habrá tomado por otro?".
Opté por ignorarlo, pero aún sentía su mirada sobre mí.
Cuando abrí la pantalla de mi computador entendí la razón de su insistente mirada: ahí en el reflejo ví como tenía conectado un cotonito en mi oreja izquierda. Palidecí de la vergüenza, y pensaba en la cantidad de personas que me habían visto así durante la mañana.
Rápidamente puse remedio a la situación y saqué otro cotonito y lo conecté a mi oreja derecha. ¡Que alivio!
Ahora miré sonriente al piloto quien levantó su dedo pulgar en aprobación.