Ha llegado el día, el día que todo estudiante no quiere que llegue: volver a clases. Volver a la rutina.
Nos alistamos para lo inevitable, nos alistamos para estudiar.
Llegamos y nos damos cuenta de que primero hay que atravesar un túnel de ojos.
Tratamos de buscar con la mirada alguna cara familiar; algunos lo logran, otros no.
Llaman nuestros nombres para formar los nuevos grupos, y finalmente al profesor asignado para el curso.
El nos dirige a la que será nuestra sala por los próximos dos años.
-Buenos días.
-Buenos días, profesor.
-Me llamo Leonardo, y voy a ser su profesor jefe estos dos años.
Este microcuento es una respuesta de mi alumna Nathaly a mi historia "Cachorros"
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